La clave está en organizarte y dejar todo listo para que cada día solo tengas que armar y disfrutar.
1.-Elige tus bases
Escoge 2 opciones que combinen con todo:
- Arroz integral: saciante, versátil y con fibra.
- Quinoa: ligera, llena de proteína vegetal y rápida de preparar.
- Extra idea cute: guárdalas en frascos transparentes para que se vean bonitas y te den ganas de usarlas.
2.-Proteínas listas para la semana
Tener la proteína preparada ahorra tiempo y te mantiene en el camino saludable:
- Pollo al horno con hierbas.
- Tofu marinado en soya y jengibre.
- Garbanzos especiados con paprika y comino.
Guarda en recipientes individuales para que solo abras, sirvas y listo.
3.- Verduras asadas que enamoran
El horno es tu mejor amigo para que las verduras queden ricas sin mucho esfuerzo:
- Calabaza, zanahoria, brócoli, coliflor…
- Usa poquito aceite de oliva, sal, pimienta y tus especias favoritas.
Tip: hazlas en colores variados para que tu plato sea más “Instagram-worthy”.
4.- Salsas que elevan todo
Un bowl puede pasar de “meh” a “¡wow!” con la salsa correcta:
- Yogurt natural con limón y pimienta.
- Pesto de albahaca.
- Vinagreta de miel y mostaza.
Guarda las salsas en botellitas pequeñas para que no se derramen y puedas llevarlas donde sea.
5.- Snacks cute y rápidos
Entre comidas, nada como tener algo listo y saludable:
- Uvas frescas o congeladas.
- Nueces y almendras.
- Palitos de pepino o zanahoria con hummus.
6.- Plan visual que te inspire
Pega en la puerta del refri un mini menú semanal con combinaciones de base + proteína + verdura + salsa. Así no repites siempre lo mismo y te emocionas al elegir tu comida.
✨ Tip final: arma “bowls” diferentes cada día usando lo que preparaste. El truco es variar las combinaciones para que parezca que siempre estás comiendo algo nuevo, pero sin trabajar de más.