Una buena rutina se basa en tres cosas: conocer tu piel, elegir lo esencial y ser constante. Aquí tienes una guía sencilla y realista para armar tu propio skincare sin romper el presupuesto.
Si tu piel se enrojece con facilidad, se irrita o sientes que cualquier producto “la ataca”, la clave es suavidad, calma y constancia. Nada de probar todo a la vez; tu piel necesita cariñitos, no drama.