1. Divide en metas pequeñas
No intentes comerte todo el temario de un jalón. Mejor pon mini metas como “leer 3 páginas” o “resolver 5 ejercicios”. Cada check te da un boost de motivación.
2. Método pomodoro
Estudia 25 minutos y descansa 5. Suena simple, pero te mantiene enfocada sin cansarte de más. Además, en los descansos puedes checar tu cel, tomar agua o estirarte.
3. Crea tu spot aesthetic
Un escritorio ordenado, con buena luz y algún detallito lindo (velita, plantita, vaso cute) hace toda la diferencia. Si tu espacio vibra bonito, da más ganas de sentarte a estudiar.
4. Hazlo divertido con colores
Subraya, usa post-its o plumones. Ver tus apuntes más visuales no solo se siente más motivador, también ayuda a que tu memoria trabaje mejor.
5. Playlist de concentración
Arma una playlist con lo-fi, música instrumental o tus soundtracks favoritos. Así creas ambiente y tu mente entra en “modo estudio”.
6. Recompénsate
Después de una sesión larga, date un premio: un snack rico, un episodio de tu serie o un mini scroll en TikTok. La clave es balancear esfuerzo con algo que disfrutes.
7. Recuerda tu “para qué”
Piensa en la meta final: aprobar esa materia, entrar a la uni que quieres, o simplemente sentirte orgullosa de ti. Cuando conectas el estudio con tus sueños, se siente más ligero.
Pro tip: cambia de técnica si te aburres. Si te atoras leyendo, intenta mapas mentales o explicarle el tema a alguien más (¡aunque sea a tu espejo!).