No necesitas reinventarte para cerrar bien el año. A veces basta con hacer pequeños cierres emocionales.
Cosas sencillas que ayudan
- Ordenar tu espacio
- Soltar culpas del año que termina
- Agradecer lo que sí funcionó
- Pensar qué quieres cuidar más el próximo año
Cerrar el año no es hacerlo perfecto, es hacerlo consciente. Y eso ya es un gran paso.
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