¿Sí? ¿No? ¿Rojo? ¿Azul? ¿Voy? ¿No voy?
A algunas de nosotras se nos complica tomar decisiones en nuestra vida porque nos empeñamos en considerar hasta los más mínimos detalles. Nos tardamos horas, días o semanas al momento de decidir algo, ya sea para comprar unos zapatos, una blusa o un chocolate. Es un conflicto con el que tenemos que vivir desde el momento en que abrimos los ojos por la mañana. Si eres una niña indecisa, te identificarás con lo siguiente...
1. No nos hagan decidir a nosotras solas dónde debemos comer, porque nos vamos a tardar horas en hacerlo. Pregúntenos y les decimos mañana.
2. Para planear un cumpleaños, nos tomará alrededor de un mes. Tenemos que considerar hasta el más mínimo detalle.
3. Al momento de comprar alguna botana, primero debemos probarlos en nuestra mente. ¿Quiero estas papas o este chocolate? ¿Tengo ganas de algo salado o dulce?
4. Para comprar ropa, primero debemos visitar la página oficial y considerar las opciones. Después ya en la tienda, debemos volver a considerar opciones por segunda vez. Es un caos.
5. Lo más probable es que en la mañana nos cambiemos de ropa por lo menos dos veces sólo para estar seguras de nuestras decisiones.
6. Dudamos incluso cuando la simple respuesta es un sí o un no.
7. Hay veces en las que para evitar tener que decidir, aceptamos la primera opción.
8. Si salimos con gente que lleve prisa, es mejor que decidan ellos todo, porque de lo contrario, sólo los retrasaremos más.
9. Al momento de decidir sobre algo, lo mejor será que haya pocas opciones, porque si hay más de diez, prepárate para nunca decidirte por uno.
10. Sabes que aunque tardes mucho en decidir, cuando lo hagas estarás segura de haber tomado la mejor decisión. ¿O no?
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