A veces, la naturaleza provoca los osos menos imaginados y los más simpáticos... ¡chk!
Era un sábado, llovía muy fuerte. Estaba con mis BF esperando a mi tía. Entonces, salí con mis amigas Ruth y Carmen de la cafetería donde estábamos una vez que dejó de llover.
Cuando cruzamos la calle, un carro pasó a gran velocidad y nos mojó a todas. Gritamos tan fuerte que varias personas nos voltearon a ver y se rieron de nosotras.
Gisela, 15 años.