¿Qué onda con las adicciones silenciosas?

Adicciones silenciosas

Existen adicciones que parecen inofensivas, pero pueden traerte muchos problemas. Así puedes identificarlas y prevenirlas. ¿Has escuchado hablar del término ‘Adicciones silenciosas’? Se trata de las patologías/enfermedades que podemos desarrollar incluso sin darnos cuenta, pues a diferencia de las drogas, este tipo de adicciones pueden llegar a confundirse con comportamientos totalmente normales. También conocidas como ‘nuevas adicciones’, estas no presentan un deterioro visible de la salud tan rápido, pero a largo plazo pueden convertirse en un problema tan tóxico con consecuencias similares al abuso de drogas o alcohol y llegar a afectar la vida cotidiana, los vínculos personales y la salud. Estos son algunos ejemplos de estos padecimientos:

1. Nomofobia

Con la llegada de las nuevas tecnologías también han llegado nuevas adicciones, y la Nomofobia es una de ellas. Se trata de la adicción al teléfono celular o cualquier tipo de dispositivo que te mantenga conectada a la red. En general, la Nomofobia suele presentarse entre jóvenes de 13 a 18 años con falta de seguridad y baja autoestima; y los síntomas que presentan por no tener su smartphone a la mano son: ansiedad, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza o estómago.

Adicción / Nomofobia

Foto: Getty Images.

Si tú sientes la necesidad de revisar tu teléfono cada 5 minutos, te retamos a hacerlo cada dos horas. Así podrás saber si necesitas ayuda profesional o si puedes controlarte.

2. Gaming

¡A todas nos gusta jugar en línea! Pero algunas personas pueden perder el control y pasar horas y horas frente a su consola favorita, abandonando amigos, familia y hasta sus estudios: esto es la adicción a los videojuegos. Aunque parece una actividad de entretenimiento normal, el gaming puede convertirse en un grave problema cuando la persona deja incluso de comer y dormir para seguir jugando. Las personas adictas a los videojuegos encuentran en estos de realidad virtual un refugio para sus problemas, como la poca sociabilidad o las malas calificaciones, pues en el videojuego pueden sentirse más realizados.

Adicción / Gaming

Foto: Getty Images.

¿Puedes tenerlo? Haz la prueba. Si puedes pausar el juego y continuar otro día sin ningún problema, ¡estás ok! Pero si sientes la obsesiva necesidad de seguir jugando hasta completar el nivel, ¡habla con tu familia!

3. Shopaholic

¿Compras, dónde? Aunque este problema se relaciona con chicas más grandes e independientes, nosotras también estamos expuestas a este padecimiento. Por ejemplo, cuando una de nuestras celebs favoritas usa unos nuevos sneakers, o nos dice cuál es su perfume favorito y sentimos la obsesiva necesidad de comprarlo. Está ok que te gusten las compras, pero si gastas más de lo que recibes de mesada o sientes el deseo compulsivo de comprar y comprar, incluso cosas que no necesitas, o te enojas con tus papás porque no te compraron lo que querías… ¡aguas! Esta patología puede causar severa ansiedad.

Adicción / Shopaholic

Foto: Getty Images.

4. Adictas a las dietas

Se le conoce como Ortorexia a la adicción a las dietas para conseguir un cuerpo perfecto a costa de dejar de comer y buscar los alimentos menos ‘engordadores’. Esta obsesión se presenta cuando las chicas saben exactamente cuántas vitaminas, minerales, carbohidratos y grasas tienen sus alimentos. Una chica con Ortorexia es incapaz de salir a comer si no encuentra una opción ‘saludable’ y se la pasa horas eligiendo dónde comprar sus alimentos, que por lo general deben ser productos ecológicos, orgánicos o naturales; además de estar totalmente exentos de grasas y no tener ningún tipo de colorante o conservadores.

Adicción / Ortorexia

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Aunque no está para nada mal que cuides tu alimentación, estas chicas pueden presentar una descompensación por su alimentación debido a su obsesión por estos alimentos. ¿Conoces a alguien así? Recuerda que ante cualquier sospecha de una de estas adicciones silenciosas debes pedir ayuda de un profesional y hablarlo con tus papás antes de acusar a alguien de tenerlas.

¡Por un México sin adicciones, Ponte Pilas!

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