Metí la pata bien feo en la sala de cómputo de mi cole.
Mis compañeros de clase y yo fuimos a la sala de cómputo para hacer un trabajo escolar. Cuando llegué al salón, vi una silla en la esquina y me senté, pero no me di cuenta de que el mueble no tenía una pata. De pronto, ya estaba con los pies en el aire; todos se morían de risa. Después, las computadoras se apagaron, pues al caerme, la silla desconectó el cable de todas las máquinas. El profe estaba furioso y mis amigos también, ya que nadie había guardado sus trabajos y debían volver a comenzar los proyectos que tenían como tarea.
La avergonzada, Costa Rica.
