Pese a su éxito, Adele nunca dejó a un lado a sus seres queridos, quienes siempre fueron prioridad en su vida y, en una ocasión, incluso se negó a firmar un contrato de grabación porque estaba muy ocupada planeando una fiesta para sus 18 años.
El tiempo pasa para todos, pero los amigos de Adele aseguran que su esencia se mantiene intacta.